Adenoma
Cuando un individuo posee un adenoma, estamos diciendo que tiene un tumor de tipo epitelial de origen benigno cuya estructura es muy similar a la de una glándula. Pero no existe solo una clase de adenoma, los mismos se dividen de acuerdo a sus tipos, y estos tipos están clasificados de acuerdo a su localización. Dentro de estos tipos de adenomas tenemos el adenoma tiroideo, el suprarrenal, el bronquial, de colon, de próstata, plemórfico, heptático, hipofisario, de mama, de páncreas, paratiroideo, testicular y renal.
Para aquellos que no manejan términos científicos, decimos que un adenoma es un tumor benigno y puede crecer en muchos órganos, incluyendo el colon; el problema con los adenomas es que aunque sean benignos, con el tiempo puede evolucionar y convertirse en tumores malignos, a los cuales se los conoce con el nombre de adenocarcinomas. Incluso, aunque se los considere benignos, pueden llegar a causar serias complicaciones en nuestra salud porque afectan a otras estructuras del cuerpo.
Dentro de las clases de adenomas más comunes, siempre se destacan las de tipo renal, son derivados de los túbulos reales y pueden causar el carcinoma renal. También son muy habituales los adenomas de colon y se detectan cuando se realiza una colonoscopia; siempre el médico decide removerlos para evitar que se tornen malignos y generen un cáncer de colon.
Los adenomas suprarrenales suelen localizarse mayormente en la zona del abdomen y se estima que uno de cada 10.000 son es maligno. La mayoría de estos adenomas no segregan hormonas, pero algunos sí cortisol y esto es lo que causa el síndrome de Cushing. Los adenomas de la hipófisis son comunes pero en un 10% de los pacientes con problemas neurológicos; para poder llevar a cabo un tratamiento exitoso se requiere de cirugía y, por lo general, éstas son exitosas. Los adenomas pueden a su vez, ubicarse en la zona del apéndice, también se requerirá de cirugía para poder extraerlos.
Causas y diagnósticos
Cada adenoma tiene su causa, pero tomaremos como referencia el adenoma paratiroideo, en este caso, el tumor, no cancerígeno, tiene lugar en el cuello de los individuos. Es necesario que el lector comprenda la importancia de las glándulas paratiroides, éstas son las que nos ayudan a controlar el uso y la eliminación del calcio, también estabilizan los niveles de fósforo y vitamina D en la sangre como en los huesos.
Cuando padecemos de adenomas paratiroideos, puede que sea por un inconveniente genético o debido al hiperparatiroidismo que hace que los niveles de calcio en la sangre aumenten. Son las mujeres mayores de 60 años las que presentan mayor riesgo de desarrollar esta patología. Otros desencadenantes pueden ser la exposición a la radiación en la cabeza como en el cuello. Lo cierto que es no siempre es fácil reconocer que padecemos esta enfermedad, muchos individuos son asintomáticos, y se descubre que sufrimos de adenomas cuando se llevan a cabo exámenes médicos y análisis de sangre por otras razones.
De todas formas pueden identificarse algunos síntomas como confusión, estreñimiento, letargo, náuseas y diversos dolores musculares como malestar general. Para poder identificar el tipo de adenoma que estamos padeciendo, será necesario examinar los niveles de minerales del cuerpo, los exámenes de orina y sangre son vitales para un diagnostico acertado.
Otros exámenes comunes son: análisis de la densidad de los huesos, la resonancia magnética, ecografías de cuello, radiografía de los riñones y tomografías computadas, entre otros. Cuando se sufre de adenomas, casi siempre debemos someternos a un tratamiento que es la cirugía, es la única forma de curar la afección; de todas maneras, muchos individuos acuden a checkeos médicos para saber si el problema es leve o severo. El riesgo más grande que podemos correr es el de la osteoporosis, ya que si no tenemos calcio en los huesos, somos más propensos a contraer la enfermedad y a sufrir diferentes fracturas óseas.
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