Tratamiento de aftas bucales
La palabra afta significa "quemadura", y constituye una lesión de tipo úlcera primaria, que resulta dolorosa para quien la porte, y que viene precedida por un pequeño eritema. Esta lesión se define como una pérdida de sustancia de la mucosa, aguda, inicialmente necrótica, dolorosa y de carácter recidivante.
La denominación "afta" es el nombre vulgar que se le otorga a la Estomatitis Aftosa Recidivante (EAR). Estas lesiones son de etiología desconocida, y están constituidas por erosiones de histología inespecífica cuyo tratamiento es sintomático.
Las aftas se deben diferenciar de los aftoides, que son úlceras producidas generalmente por virus, y se inician como vesículas y evolucionan a úlceras. Si bien su etiología es conocida, no representan lo que se consideran auténticas aftas. También debe distinguírselas de la aftosis, que es la denominación que se le otorga a los procesos sistémicos que cursan con aftas o aftoides, y suelen tener localización en la mucosa bucal y genital.
En cuanto a la etiología de las aftas, la misma resulta aún en la actualidad, desconocida. Es de tipo multifactorial y controvertida, y se la suele asociar a diferentes estados de salud del individuo. Se puede deber tanto a traumatismos sufridos sobre la mucosa bucal, así como también con la ingesta de determinados alimentos, o con ciertas deficiencias nutricionales u hormonales que cuando se presentan en las personas que sean previamente predispuestas a padecerlas por su constitución genética ocasionarían el desarrollo de la patología. El estrés es un factor de desencadenamiento de un brote de EAR.
En los casos de personas fumadoras, se ha estudiado que existe una menor incidencia de aftas en fumadores. Esto podría deberse a que a una mayor queratinización de la mucosa que se produce como consecuencia del tabaquismo. En los casos de alteraciones digestivas, la aparición de aftas se relaciona con la manifestación de enteropatías. En los casos en los que se produzcan traumatismos en la región de la boca, las mismas podrían adjudicarse a una inyección de anestesia, un cepillado dental brusco o con cepillos muy fuertes, así como también pueden presentarse luego de un tratamiento dental.
Clasificación de las aftas
Las aftas pueden clasificarse en aftas menores, que son pequeñas úlceras de morfología ya sea de forma oval o redondeada, cuyo diámetro puede ser de entre 2 y 5 mm. Las mismas presentan un fondo amarillento, necrótico, y son de poca profundidad. Los bordes son poco elevados, turgentes, ligeramente indurados, rodeados por un halo eritematoso. Este tipo de aftas se inician como una mancha de color rosado, que luego, en pocas horas, se ulcera.
El dolor que su aparición conlleva es de tipo urente, intenso, espontáneo, irradiado, que aumenta con los ácidos y picantes y al masticar y hablar. Normalmente se suelen asentar en zonas no queratinizadas de la mucosa bucal. Generalmente se las halla localizadas tanto en la mucosa labial, como en el surco vestibular, mucosa yugal, borde lingual, suelo de boca, encía y paladar. Muchas de las aftas se curan de manera espontánea en el periodo aproximado de una semana, y no dejan cicatrices. Suelen recidivar dejando períodos en los que no presentan sintomatología.
Las aftas mayores son erosiones de la mucosa de diámetro mucho mayor que las anteriores, llegando a alcanzar entre 0'5-1 cm., de profundidad marcada y destructivas. Estas aftas son peligrosas ya que pueden alcanzar el tejido conectivo y desarrollar un fondo hemorrágico como consecuencia de la lesión de los vasos. Este tipo de aftas persisten estacionarias durante un largo periodo de tiempo y los brotes se suceden sin período libre de lesiones. En la mayoría de los casos cicatrizan dejando una marca, en donde la mucosa se muestra hipocrómica y presenta fibrosis superficial. Las mismas se localizan en la mucosa no queratinizada de la boca.
El diagnostico para diferenciar de que tipo de afta se trata es fundamentalmente clínico. Las características clínicas que presenta cada lesión son la base para el diagnóstico diferencial con respecto a otras patologías que presenta también distintos tipos de ulceraciones de la mucosa bucal. En el caso de haber dudas respecto del diagnostico, pueden realizarse exámenes de laboratorio con el objetivo de descartar alteraciones hematológicas o de índole sistémica. El tratamiento para cada caso se basa en el mejoramiento de la sintomatología.
El objetivo principal es lograr la disminución de la sintomatología, logrando espaciar los brotes y evitando las recidivas. La conducta terapéutica a observar ante una EAR, una vez que se logran determinar y controlar los factores desencadenantes, sería, en principio, comenzar un tratamiento local con colutorios o geles de Clorhexidina, o con solución acuosa de Triamcinolona, o preparados en orabase de Triamcinolona al 0'1% o Fluocinolona al 0'1-0'05 %. El tratamiento general suele indicarse en los casos en los que el tratamiento local no logra controlar el brote, o cuando las lesiones son parte de la sintomatología típica de un síndrome aftoso.
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