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Tratamientos de la anemia

La anemia es un síntoma que tiene su origen en una multiplicidad de factores causales, y que básicamente implica una concentración baja de hemoglobina en la sangre. Se detecta a través de un análisis de laboratorio que informa la cantidad de hemoglobina que se encuentran en el plasma sanguíneo, y esos valores al ser comparados con los parámetros de referencia de normalidad denotan que la cantidad de la misma es menor a la esperable.

Muchas veces esta baja se acompaña con la disminución de otros parámetros, tales como el número de glóbulos rojos o el hematocrito. Esto no constituye una enfermedad, sino que es un síntoma que denota la existencia de otros problemas posiblemente asociados, como puede ser la deficiencia de hierro, ya sea a razón de una ingesta deficiente del mineral como a raíz de hemorragias excesivas.

El tipo de anemia que es originado por falta de hierro es denominado "anemia ferropénica". Esta clase de anemias suele ser frecuente en las mujeres que se encuentran edad fértil, ya que muchas veces puede ser provocada por un exceso de perdida de sangre durante el periodo de la menstruación.

Cuando una persona esta anémica se siente cansada, tiene baja tolerancia a realizar esfuerzos, debilidad (astenia), puede presentar síntomas cardiovasculares como aceleraciones del pulso, taquicardias, y hasta puede experimentar falta de aire (disnea).

estudio de tratamientos para la anemiaEsto se debe a que la hemoglobina es la molécula que se halla en el interior de los glóbulos rojos del plasma sanguíneo, y es la encargada del transporte del oxigeno a los tejidos. Cuando esta molécula esta en falta o se encuentra disminuida, los órganos y los tejidos del cuerpo no reciben el oxigeno necesario para poder funcionar normalmente, por lo cual se generan los síntomas característicos de la anemia.

Los síntomas de este cuadro están correlacionados con la intensidad del mismo y la rapidez con la que se instaura. También influyen la edad del paciente, su estado nutricional, así como la existencia de afecciones cardiacas o insuficiencias respiratorias prexistentes al advenimiento de la anemia. En algunos casos sucede que a raíz de la baja en la hemoglobina se producen cambios a nivel del carácter y del humor de las personas, variando entre tristeza, irritabilidad, desinterés y abatimiento. El tratamiento de la anemia produce que el contenido de hemoglobina en sangre aumente, pudiendo hacer llegar a las células el oxigeno necesario para producir la energía adecuada, generando un aumento en la resistencia física de la persona. Cuando la anemia comienza a tratarse mejora de manera considerable la calidad de vida de quien la padecía.

Tratamientos personalizados

tratamiento para anemia en la sangreLas opciones para el tratamiento se ajustan a las causas por las cuales se originó el problema. Si la anemia se debió a una falta de hierro, ácido fólico o vitamina B12, el tratamiento se podrá lograr ya sea mediante la ingesta de suplementos nutricionales como píldoras de hierro, acido fólico en comprimidos y vitamina B12, o pueden utilizarse las inyecciones con las mimas vitaminas, en el caso de que el tratamiento oral no surta efecto.

Por lo general lo que se indica es una modificación en la dieta del paciente, que incluya más alimentos con hierro. Se sugiere en esos casos la ingesta de mariscos, frutas secas, habas lima, hígado, carnes rojas magras bien cocidas, lentejas. Para que el hierro pueda ser absorbido por el cuerpo, debe contarse además con una cantidad necesaria de vitamina C, por lo cual se recomienda que antes de la ingesta de estos alimentos, o a la vez, se consuman jugos de naranjas, cítricos en general, o verduras con alto contenido de vitamina C, como por ejemplo el morrón. Además de la modificación de la dieta, las terapias que se emplean para el tratamiento de la anemia también pueden incluir los líquidos, plasma congelada fresca, oxígeno, vasopressors, así como también el remplazo de la plaqueta.

Otra opción (que ya resulta muy poco viable), es la trasfusión. Estas remplazan los glóbulos rojos que faltan, pero no subsanan la causa que subyace al síntoma de la anemia. De esta forma, se entiende que el beneficio que prestan es a corto plazo, requiriendo transfusiones frecuentes, que conllevan altos costos, además de la necesidad de contar con donadores disponibles, y el temor a las enfermedades que pueden contagiarse vía sanguínea (tales como Hepatitis B y HIV). Por todas estas razones es que la transfusión es una práctica que se utiliza únicamente en última instancia, en casos de urgencia o de riesgo de vida. No forma parte de las indicaciones de tratamiento de la anemia en términos generales.

En los casos en los que se produce una anemia por pérdida súbita de sangre debido a una hemorragia aguda, sobre todo si es voluminosa y se pierde el 40% del volumen sanguíneo que equivale a 2 litros de sangre, predominan los síntomas que se presentan suelen ser de inestabilidad vascular por hipotensión, y pueden aparecer, en algunos casos, signos de shock hipovolémico, como por ejemplo confusión, respiración de Kussmaul, sudoración, y taquicardia.