Operación de la prostata
La operación de la próstata, o prostatectomia, es una intervención quirúrgica que puede realizarse tanto bajo anestesia general, como también bajo anestesia peridural o raquídea, en la cual el paciente se encuentra despierto y relajado, sin experimentar ningún tipo de dolor.
Es una cirugía en la cual se extirpa una parte o la totalidad de la glándula prostática, como parte de un tratamiento para dar respuesta al problema de agrandamiento de la próstata. Es una cirugía sencilla, cuyo procedimiento demora aproximadamente una hora, siempre que no surjan ninguna clase de complicaciones. Se lleva a cabo introduciendo un citoscopio a través del conducto urinario que conecta el pene con la vejiga, llamado uretra. El citoscopio lleva integrado una herramienta cortante que se utiliza para realizar la extirpación, la misma funciona a electricidad.
A menudo esta cirugía es recomendada en los casos de pacientes con hiperpasia prostática beningna (HPB), que es una afección que frecuentemente se da en hombres mayores de 45 años, ya que la glándula prostática tiende a incrementar de tamaño con la edad.
Asimismo, la extirpación de la próstata suele emplearse también para los casos en que el paciente experimente dificultades para realizar el vaciamiento de la vejiga (retención urinaria), o si la persona es frecuentemente afectada con infecciones urinarias, sangrado de la próstata, cálculos en la vejiga con agrandamiento prostático, daños en los riñones, micción sumamente lenta, entre otras complicaciones para las cual se lleva a cabo la cirugía. Por lo general antes de realizar una intervención quirúrgica se acude a otras formas alternativas de tratamiento, ya sea a través de medicamentos, como realizando cambios en los hábitos alimenticios. La operación suele indicarse cuando todo lo anterior ha fracasado, y el problema no cede. El medico tendrá en consideración, antes de determinar la realización del procedimiento quirúrgico, algunos aspectos inherentes al paciente tales como el tamaño en el que se halla la glándula prostática, las condiciones de salud generales de la persona, y qué tipo de cirugía es la que se adecúa mayormente a las circunstancias que se deben tratar.
Algunos riesgos y detalles
Este tipo de intervención conlleva algunos riesgos, como cualquier tipo de cirugía, especialmente si se realizara bajo anestesia general. Estos son: la formación de coágulos de sangre en las piernas, que puedan trasportarse a los pulmones, la aparición de dificultades respiratorias, la posible infección, incluyendo le herida quirúrgica, los pulmones (causando neumonía), así como también de la vejiga o el riñón, sangrado, ataque cardiaco o accidente cerebrovascular en el trascurso de la cirugía, reacciones adversas a los medicamentos administrados, entre otros.
Los riesgos adicionales que pueden presentarse luego de la intervención quirúrgica, se pueden asociar a problemas con el control de la orina (incontinencia), la posible perdida o disminución de la fertilidad del semen. También pueden ocurrir episodios de importancia, es decir problemas para tener o sostener una erección; cuadros de eyaculación retrograda (el semen pasa hacia la vejiga en lugar de expulsarse hacia la uretra); lo que se denomina estenosis uretral también es en ocasiones uno de los efectos indeseados que pueden ocurrir luego de la operación, y consiste en un estrechamiento de la uretra a causa del tejido cicatricial.
Otro de los riesgos que pueden ocurrir es el síndrome de resección transuretral (RTU), que se produce a causa del agua que se puede acumular durante la cirugía; así como también pueden ocasionarse daños a órganos y estructuras internas indeseados.
Para evitar en la mayor medida posible el advenimiento de cualquier circunstancia riesgos o cualquier tipo de efecto indeseado durante la cirugía o a raíz de la misma, deben realizarse de manera previa a la intervención todos los análisis pre quirúrgicos, que constatan el estado físico general del paciente que será intervenido, así como también se realiza un control preventivo de la diabetes, hipertensión arterial, y posibles problemas del corazón o los pulmones, así como otras afecciones que prexistan. En el caso de pacientes que fueran fumadores, el medico recomendará la suspensión del cigarrillo algunas semanas previas a la intervención. De ser necesario podrá comenzarse un tratamiento especifico para la deshabituación tabáquica, en conjunto con la intervención de psiquiatras o psicólogos, de ser necesaria su asistencia.
Se deberá estar al tanto, antes de realizar cualquier tipo de intervención, si el paciente ha estado consumiendo últimamente algún tipo de medicamento o droga, ya que podrían entrar en interacción con cualquier tipo de medicación que fuese necesario administrar tanto en el momento de la cirugía como en su lapso posterior. Dependiendo de la situación de salud de casa paciente en particular, el medico le podrá solicitar que interrumpa la toma de ciertos medicamentos anticoagulantes tales como el ácidos acetilsalícico (mayormente comercializado en las aspirinas), ibuprofeno (advil, motrin), naproxeno (aleve, naprosyn), warfarina (coumadin), vitamina E, clopidogrel, entre otras posibilidades. El medico deberá estar al tanto de todo lo que ingiera el paciente, y también el paciente deberá aceptar las indicaciones del medico de la manera mas fiel posible, para que la cirugía pueda llevarse a cabo sin contratiempos.
|