Impétigo contagioso
El impétigo es una afección de la piel que presenta ciertos síntomas característicos de acuerdo al tipo de impétigo que sea. Existen 2 tipos de impétigo, uno es el impétigo bulloso o ampolloso, y otro es el impétigo no bulloso. En ambos casos el impétigo puede propagarse de persona a persona por contacto, ya que el impétigo es una enfermedad contagiosa.
Esta afección es causada como consecuencia de la infección generada por un determinado grupo de bacterias, llamadas estreptococos, o también puede ser generado por otro tipo de bacterias, llamadas estafilococos. El nombre científico de dichas bacterias es Estreptococo Beta hemolítico A y Staphylococcus aureus.
Actualmente varias investigaciones y estudios que se han focalizado en esta enfermedad sostienen la idea de que la bacteria Staphylococcus aureus es la causante de impétigo más frecuente en todo el mundo. Estas bacterias habitan en la piel y en la nariz, y al producirse determinadas lesiones cutáneas, como erosiones o heridas, las mismas ven facilitada la posibilidad de penetrar en la piel provocando de esta forma una infección.
Las áreas infectadas por estas bacterias muestran signos característicos de enrojecimiento e hinchazón, acompañado de la formación de vesículas o ampollas, que de forma gradual van llenándose de pus y se suelen romper con facilidad. Cuando esto ocurre, se libera su contenido interno y se va formando, cuando esto se seca, una especie de costra de color miel que recubre toda la zona afectada.
El contagio y propagación de esta enfermedad se da generalmente cuando la persona portadora de las bacterias presenta los síntomas infecciosos. En algunos casos ocurre que las personas son portadoras pero el cuadro no evoluciona hacia una infección cutánea, y en dichos casos no suele contagiarse fácilmente el impétigo.
Por lo general, una vez instalado el cuadro infeccioso estas bacterias se contagian con el contacto directo con el moco de la nariz o la garganta de las personas infectadas, así como también mediante contacto de otra persona con las heridas y lesiones de la piel, o mismo de la misma persona que padece el cuadro. Al rascarse o tocarse las ampollas y costras, y luego tocar otras partes del cuerpo, la misma persona va propagando la infección por su piel y su cuerpo. Las personas que se encuentran enfermas, como seria el caso de quienes presenten infección de la garganta o infecciones cutáneas, son las más susceptibles de propagar la infección. Cuando las personas que portan las bacterias no desarrollan síntomas infecciosos resultan mucho menos contagiosas. El contagio puede darse también a través de ciertos artículos como vasos, platos, tazas, cubiertos, juguetes, etc., pero esto es menos probable.
Evite el contagio y la propagación
Resulta sumamente importante, de todos modos, tanto para que no se propague la enfermedad desde la persona infectada hacia personas sanas, así como también hacia las partes sanas del propio cuerpo de la persona que presente la infección, que la higiene personal y de las cosas con las que tomen contacto las lesiones supurantes se realice de forma rigurosa.
En este sentido, lo que se aconseja es que se laven tanto las prendas de vestir con las que tome contacto, así como también las toallas y sabanas que utilice, de forma diaria. Asimismo, no deben compartirse artículos de blanquería entre personas enfermas y personas sanas, y lo mas recomendable es la utilización de material descartable siempre que fuere posible, especialmente en lo que respecta a la higiene de manos y facial. Asimismo, se recomienda que la persona se bañe diariamente, mantenga las uñas cortas y limpias, y lave la ropa con agua caliente y jabón.
Es un aspecto normal de la piel el alojar distintos tipos de bacterias, pero justamente la piel cuando está sana funciona como una barrera efectiva que evita el ingreso de las mismas al organismo, con su posterior multiplicación. Al romperse la piel, a causa de lesiones o heridas, las bacterias encuentran paso libre para ingresar y proliferarse en ese lugar, siendo las causantes de este modo de infecciones e inflamaciones de toda clase. Las rupturas de la piel pueden provenir de distintos orígenes, y ser causadas por diferentes factores.
En muchos casos ocurren como consecuencia de mordidas de animales, picaduras de insectos, así como también pueden ocurrir lesiones y traumatismos en la piel por otros motivos. De todos modos, el impétigo es una afección cutánea que puede presentarse en la piel aun donde no haya una ruptura visible. Esta enfermedad suele ser más frecuente en los niños, ya que son los más proclives a tomar contacto con otros niños infectados, especialmente si los que tienen infecciones se rascan y tocan a sus compañeros. Las condiciones de higiene y salubridad para evitar la propagación de la enfermedad son más difíciles de regular en el caso de los niños, y esa es una de las razones importantes por la cual la enfermedad se contagia más fácilmente entre ellos.
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