Impetigo en niños
El impétigo es una enfermedad infecciosa de la piel, que puede contagiarse tanto a adultos como a niños, pero se presenta de manera mucho mas frecuente en niños. El impétigo en niños se caracteriza por la aparición de los síntomas típicos de esta enfermedad, como son la proliferación de pápulas, ampollas y costras en distintos sectores del cuerpo, pero especialmente cuando se trata de lactantes, los mismos se presentan en sectores tales como las zonas de la piel recubiertas por el pañal, así como también la zona que rodea la boca, la nariz, los oídos, las manos, los brazos y las piernas.
La edad mas frecuente en donde se suele contagiar la enfermedad es en los niños de entre 2 y 5 años. En caso en que el niño presente signos o síntomas típico de impétigo, y especialmente en caso de que el niño haya estado en contacto con otra persona, adulto o niño, miembro de la familia o compañero de clase, que haya padecido recientemente o que este padeciendo un cuadro de impétigo.
En caso en que el niño ya haya sido diagnosticado de infección por impétigo, y se encuentre bajo tratamiento, los cuidadores o padres deben estar pendientes del desarrollo de la ulceras, y se debe llamar al pediatra en caso de que la infección no comience a mejorar y a presentar signos de curación a partir del tercer día de tratamiento.
En el caso de que se presente un registro de fiebre, o el área se caliente o se enrojezca, o se torne sensible al tacto, el niño debe ser llevado a una guardia y ser visto por un pediatra rápidamente. En los niños resulta frecuente que la infección se propague como consecuencia de que el prurito que se produce en las lesiones genere que ellos se rasquen, y de esta forma se contagie la infección bacteriana a otras partes del cuerpo. El impétigo es una enfermedad contagiosa y puede trasmitirse a cualquier persona que haga contacto con la piel de una persona infectada, así como también con objetos que hayan podido estar en contacto con las lesiones supurantes, tales como toallas, ropa de cama o vestimenta.
Tratamiento del impétigo en niños
En lo que refiere al tratamiento del impétigo en niños, cuando el mismo afecta únicamente áreas de piel reducidas (y mas aun cuando se presenta de forma no bullosa o ampollosa), el impétigo se trata frecuentemente con pomadas antibióticas.
En los casos en los que se registre que la infección se ha extendido a otras áreas del cuerpo mas extensas, o la pomada indicada para tratamiento tópico no parece provocar ningún efecto positivo, es posible que el medico pediatra que evalué al niño recete antibióticos como parte de la indicación del tratamiento, ya sea en forma de comprimidos o de jarabe, que suelen tomarse durante 7 a 10 días. Se entiende que una vez que el paciente comience con la toma de antibióticos, la misma debe ser respetada para evitar recaídas y empeoras en el cuadro. En caso de no respetarse, el paciente podría llegar a empeorar evolucionando hacia una infección cutánea grave.
En el trascurso de la curación, debe lavarse diariamente la infección, de manera delicada, mediante la utilización de gasas limpias y jabón antiséptico. Se debe sumergir las áreas afectadas y recubiertas de costras en agua tibia y jabonosa, con el fin de remover algunas capas de costra adheridas a la piel, aunque no se necesita eliminarlas completamente. Se recomienda en muchos casos que las infecciones sean recubiertas con gasas para evitar la propagación de las bacterias, así como también con un vendaje de tipo holgado.
Las uñas cortas y bien limpias son un requisito muy importantes, acompañados de hábitos higiénicos que se deben realizar regularmente, tales como el lavado de manos, el baño diario (y en algunos casos se recomienda mas de una vez al día), así como también mantener otras áreas posibles del cuerpo lastimadas en aislamiento, como picaduras, raspones, rasguños, picaduras de bichos, eczema y erupciones como la urticaria u otro tipo de lesiones, que pudieran estar expuestas a ser infectadas).
En el caso de que esta enfermedad sea padecida por algún miembro de la familia, amigo o compañero, el mismo debe llevar las uñas cortas y las ulceras causadas por el impétigo cubiertas con gasa y cinta, para evitar el contagio. La utilización de jabones antibacteriales protege contra el contagio del impétigo, así como también la utilización de toallas descartables o separadas. La ropa de la persona infectada con impétigo debe lavarse de manera separada y con agua caliente. Las superficies correspondientes a la cocina u otro sectores en los cuales se manejen productos alimenticios, deben mantenerse pulcras y separadas del entorno domestico. Esto se debe a que la ingesta de alimentos que hayan estado en contacto con personas portadoras de impétigo puede ser un agente de profusión de la enfermedad.
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