Vitaminas para diabeticos
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad que presenta una serie de trastornos trastornos metabólicos provocando un aumento en los niveles de glucosa en sangre. Este fenómeno es llamado "hiperglucemia" y puede ser acusado a partir de diferentes factores, aunque generalmente se da por la baja de la producción de la hormona insulina, o por su uso inadecuado por parte del cuerpo. Esto afecta al metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Es por esto que la dieta de las personas con diabetes debe ser cuidadosamente controlada y respetada por los pacientes de manera rigurosa, en aras de obtener una mejor calidad de vida.
La dieta resulta de esta forma un factor fundamental en el tratamiento de la DM, y en ella se consideran varios aspectos sobre los nutrientes que se deben consumir y aquellos que se deberían evitar. Se ponedera en las dietas las vitaminas para diabéticos, ya que al modificarse los parámetros dietarios normales, se deben compensar con suplementos o consumo en mayor cantidad de otros alimentos. Se considera que los antioxidantes, al producir un efecto que se opone a la función deletérea de los radicales libres (RL) del oxígeno, funcionan protegiendo la salud. Existen enfermedades crónicas que se asocian a la generación de RL, entre las cuales se encuentran, por ejemplo, la DM y la aterosclerosis.
El riesgo mayor que se presenta para los diabéticos son las complicaciones vasculares que se pueden presentar a largo plazo, en donde adquiere vital importancia el estrés oxidativo como consecuencia de la hiperglucemia, que puede producir alteraciones bioquímicas y metabólicas que son las que producen los RL que generan daños a nivel del endotelio vascular, que como consecuencia provocan una baja en la producción de óxido nítrico, que constituye el vasodilatador por excelencia.
Esto implica que el sistema antioxidante del organismo requiere de un aporte adecuado de nutrientes de efecto antioxidante para combatir la producción de los RL que deben provenir de la dieta.
En rol importante en esta función lo cumplen las vitaminas A, C y E, así como también cumplen una función antioxidante algunos oligoelementos tales como el selenio, el cobre, el cinc y el manganeso. Una dieta con un aporte deficiente de estos nutrimentos podría conllevar a la aceleración del desarrollo de complicaciones asociadas a la presencia de accidentes cardiovasculares de origen aterosclerótico. El excesivo aporte dietario de hidratos de carbonos de cadena simple, no solo influyen negativamente en el control metabólico, sino que además interfieren en la correcta absorción de vitaminas del complejo B, así como también facilitan la aparición de la hipertrigliceridemia, cuyo efecto puede conllevar a que aparezcan complicaciones cardiovasculares precozmente. El consumo excesivo de AGPI influye en la peroxidación lipídica y por consiguiente, en el desarrollo del proceso aterosclerótico.
Los antioxidantes
En las poblaciones de bajos recursos, debe tenerse en cuenta que muchas veces se da una baja ingestión de proteínas, esto sucede por las insuficiencias alimentarias a las que se someten estos pacientes como consecuencia del actual contexto económico nacional. Asimismo, se encuentra en estas poblaciones una ingesta baja de vitaminas A y C, que son las vitaminas que poseen propiedades antioxidantes que requieren las dietas para diabéticos; esto se debe a la influencia de los hábitos alimentarios inadecuados que se encuentran por debajo del consumo de frutas y vegetales frescos recomendados, así como también influye la forma de cocción de los alimentos, ya que muchas veces a través de la cocción se eliminan de las vitaminas contenidas en los alimentos. Algunos aceites contienen a tocoferol, que es u agente de acción antioxidante pero que se encuentra en distintas concentraciones en los diferentes tipos de aceites vegetales. En las personas diabéticas, el porcentaje de la ingesta de antioxidantes debe ser superior que el de la población que carece de este trastorno, si se tiene en cuenta el estrés oxidativo al que están sometidos, cuyo determinante principal es la hiperglucemia, así como también las prácticas alimentarias inadecuadas.
Si se logra el aumento del consumo de antioxidantes en la dieta, resulta posible el incremento de los niveles hísticos de estas sustancias. Se encuentran evidencias de que, ante la mejora de las defensas antioxidantes, se produce una disminución de los indicadores de daño oxidativo, y por consiguiente se logran mejorar algunas enfermedades, tales como la diabetes mellitus.
La ingesta extra de antioxidantes puede conseguirse a partir del consumo de alimentos ricos en estos agentes, así como también por la suplementación de la dieta con preparados fármacos. Se entiende que un individuo con baja incidencia de factores de riesgo, que se encuentre sano, de edad menor a cuarenta años, y cuya dieta sea rica en verduras y frutas, podrá obtener un aporte suficiente de antioxidantes fundamentales como el ascorbato y el caroteno. Otro mineral que induce la síntesis de metaloproteínas y que es además un constituyente del sistema enzimático antioxidante endógeno de la superóxido dismutasa (SOD), es el cinc. Este oligoelemento es un interviniente en el metabolismo de carbohidratos y grasas, y su ingesta en bajo porcentaje puede generar un mayor estrés oxidativo.
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