Edemas
Cuando hablamos de edema, el cual puede darse en diferentes zonas del cuerpo, nos referimos a la acumulación de líquido en las mismas. En primera instancia, cualquiera de los tipos de edemas son considerados como un signo clínico, por eso es importante que se revise alrededor de un día por medio y cuando sea factible, se realice una medición del contorno de la zona que se encuentra afectada.
Generalmente el efecto que producen los edemas son fácilmente visibles en situaciones tales como quemaduras solares; lo que se hace en este caso, es que se aprieta con el dedo la zona que se encuentra afectada, la misma se torna blanca y gradualmente va volviendo a la normalidad.
Por lo general, la cantidad de líquido intersticial que se acumula suele depender del equilibrio de los fluidos del organismo, que se define a través del mecanismo de homeostasis. Los mismos se intercambian con el fin de mantener el equilibrio adecuado en el organismo; por ejemplo, los fluidos intravasculares salen de los vasos e ingresan en el espacio intersticial (en donde se acumula el liquido cuando hay un caso de edema), siendo este un proceso de filtración de los fluidos.
Para que puedas entender esto podemos decir que se estima que en un órgano el 1% del plasma se filtra hacia el espacio intersticial. Si el órgano funciona en condiciones normales dicho líquido se retira por los vasos sanguíneos e ingresa al espacio intersticial para volver a la vasculatura, de esta manera el organismo logra estar en equilibrio. La mayor parte de ese líquido, es reabsorbido en el segmento final de los capilares, no obstante, el porcentaje de reabsorción, es mucho menor al porcentaje de filtración, por eso es necesario en el organismo, un mecanismo que se ocupe del fluido filtrado. Este segundo mecanismo funciona con los vasos linfáticos que son los que recogen el excedente de fluido y lo llevan al sistema venoso, donde se encuentran las venas subclavias. Entonces, los edemas se forman como causante de una secreción excesiva del líquido que va hasta el espacio intersticial, o bien, cuando el mismo no se recupera de una manera correcta, ya sea por problemas linfáticos o de reabsorción.
¿Qué contribuye a la formación de los edemas?
Existen 5 factores que pueden aumentar las posibilidades de que se forme un edema en alguna parte del cuerpo que se encuentre afectada; una de ellas es el incremento en la presión hidristatica, que refleja un considerable aumento en la retención de agua y sodio por parte de los riñones.
Por otro lado está la reducción de la presión oncótica, la cual en la mayoría de los casos se debe a un defecto de las proteínas plasmáticas en el hígado, aunque también puede producirse por una perdida en las proteínas de los riñones, algo que es muy común en el síndrome nefrótico. Otro factor importante que influye en la formación de edemas es el aumento en la permeabilidad característica de la pared de los vasos, algo que sucede cuando hay una inflamación que puede ocasionarse por la obstrucción en el recogimiento de los fluidos del sistema linfático, o bien, por ciertos cambios en la retención de agua en los tejidos.
Edema generalizado
Existen dos tipos de edemas. Uno de ellos es el edema generalizado, que también se denomina como "edema sistemático". Cuando el mismo tiene una intensidad excesiva, suele provocar una inflamación difusa en todos los tejidos (especialmente el subcutáneo) y órganos simultáneamente. Cuando hay un fallo cardíaco, suele producirse un aumento de la presión hidrostática; por su parte cuando se presenta un síndrome nefrótico o cuando se trata de un fallo hepático, el problema se centra en una disminución considerable en la presión oncótica. Básicamente estas patologías son las que explican la aparición de edemas que según el caso puede tratarse de un edema en múltiples órganos y en los miembros periféricos. Estos son los casos más complejos en donde se presenta este problema. Para que puedas entender, por ejemplo, si una persona tiene un fallo cardiaco importante, este problema puede derivar en edemas pulmonar, pleural o periférico según el caso.
Edema localizado
El otro tipo de edema común es el edema localizado, el cual se produce en una parte específica del cuerpo. Un ejemplo claro es cuando la persona tiene algún tipo de inflamación o hinchazón en una pierna, que suele darse en los casos de trombosis venosa. En este caso debemos decir que este problema se debe a la disminución linfática y a un aumento paralelo de la presión venosa que se encuentra en la zona que está siendo afectada. Los edemas localizados generalmente se producen por motivos mecánicos, y por esa razón es que se denominan Edemas mecánicos. También puede provocarse debido a un aumento en la permeabilidad capilar de una zona específica, que se encuentra afectada por alguna causa inflamatoria o alérgica.
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