ENFERMEDAD
INTRODUCCIÓN:
Muchos de los “problemas” de salud que ocurren en la comunidad, son condicionados en su contexto cultural, pudiendo pasar desapercibidos, y otros que no son tales, interpretados como enfermedad, debido a los atavismos históricos y pautas culturales con respecto al proceso salud-enfermedad.
IMPORTANCIA DE LOS SÍNTOMAS Y SIGNOS CLÍNICOS PARA DETECTAR ENFERMEDADES
Se ha estudiado por medio de encuestas realizadas en dos países de Latinoamérica (Ecuador y Argentina), que la necesidades de salud “sentidas” por la población diferían de las “profesionalmente definidas”.
Ejemplos dramáticos de este cisma sociocultural entre el sistema de salud y la comunidad, se encuentran en ciertas poblaciones rurales, que no están convencidas de la utilidad de la rehidratación oral al niño con diarrea, que no aceptan la vacunación antisarampionosa aún en casos de brotes epidémicos, ya que la cultura tradicional interpreta a la diarrea “como un proceso de limpieza del estómago”, que no vale la pena tratar, sino más bien estimular con laxantes, o bien, consideran a una enfermedad infectocontagiosa como lo es el sarampión, un “episodio normal” en la infancia y hasta recomendable en el desarrollo del niño.
En consecuencia, para convertir LAS NECESIDADES DEFINIDAS POR EL EQUIPO DE SALUD EN NECESIDADES SENTIDAS POR LA POBLACIÓN se requiere una indoctrinación como método de “educación para la salud”, respetando los códigos culturales de cada grupo poblacional.
En el contexto de la atenci ón primaria, el equipo de profesionales de la salud, debería reemplazar este camino “unidireccional” de información por una comunicación de dos vías.
Ambos aspectos de necesidad, el técnico profesional y la percepción de la comunidad, tienen que considerarse juntos para lograr obtener el máximo de información y el punto de vista de los dos lados. Esto obliga a “descubrir” los síntomas y signos que sufren las personas de un grupo comunitario, aunque no sean transmitidos como tales. Para lograrlo se debe conocer cuál es la concepción del proceso salud-enfermedad de esa comunidad, ya que el mismo cambia de acuerdo al tipo de población, comunidad o individuo.
Además de ocuparse de las necesidades de salud de la población, para ayudar a que las personas sean más saludables, también hay que tener en cuenta otras necesidades básicas que hacen al bienestar individual y general.
Uno de los pilares fundamentales para realizar esa función, es promover la educación para la salud, pilar de la prevención. Esto significa ayudar a la comunidad a comprender más su propia realidad, para evitar las enfermedades.
Dado que el profesional médico no siempre está presente, especialmente en áreas donde viven las comunidades excluidas socialmente (que son las que más necesitan de asistencia sanitaria), es fundamental la educación para el cuidado de la salud.
En realidad corroboramos, que frecuentemente se pueden tratar las enfermedades habituales más rápido y más eficazmente, en el domicilio de los propios pacientes, respetando sus costumbres culturales arraigadas, mimetizándose con sus códigos sociales, para lograr su aceptación y producir el cambio.
Lógicamente dentro de la cultura tradicional, si hubiera una práctica que consideramos negativa y nefasta con persuasión debemos cambiarla.
La gente tarda bastante en cambiar sus actitudes y tradiciones. Defienden lo que creen es correcto. Dentro de lo posible, esta percepción atávica debe respetarse.
Una de las primeras premisas que una persona debe conocer es “conocer sus límites” esto sencillamente quiere decir: “haga sólo lo que Ud. idónea y comprobadamente sabe hacer”.
No se deben hacer cosas cuando faltan conocimientos o experiencia, sobre todo si se puede dañar a alguien o ponerlo en peligro.
Muchas veces la decisión sobre lo que se debe hacer dependerá de la distancia que tenga que recorrer la persona que trata de suministrar el auxilio para conseguir ayuda más idónea y efectiva, pero a veces el no hacer nada posibilita que una vida se extinga. Por ello, sin correr riesgos innecesarios, no debe temer intentar algo que crea con certeza que ayudará .
La mayoría de las enfermedades tienen más de una causa, una conduce a la otra. Para poder resolver por completo un problema hay que buscar SUS CAUSAS MÁS PROFUNDAS y luego corregirlas.
Por ejemplo: en muchos comunidades, la diarrea es la causa más común de la muerte en los niños pequeños (lactantes). Uno de sus orígenes es la falta de higiene y saneamiento. Una manera eficaz de combatirla es la enseñanza del aseo. Si esas poblaciones son rurales y no tienen letrinas o lugar donde concentrar un basural en condiciones sanitarias, se debe instar a construirlos y al mismo tiempo a educarlos en su uso más correcto e higiénico.
Es el bienestar del cuerpo, de la mente y de la relación con la comunidad.
Las personas viven mejor en un ambiente sano, donde trabajan juntos para enfrentar las necesidades diarias, donde comparten los buenos y los malos tiempos y se ayudan entre sí a aprender y desarrollarse para vivir plenamente trabajando hacia un balance entre:
Para alcanzar un buen balance entre PREVENCION Y TRATAMIENTO también se requiere equilibrar las necesidades de la gente tanto inmediatas como de largo plazo. Aliviar la enfermedad es el imaginario de mayor preocupación. No se puede orientar el esfuerzo en prevenir enfermedades futuras si primariamente no accionamos sobre las necesidades inmediatas. Con un criterio semejante lo preventivo seguramente fracasará.
El tratamiento a tiempo evitará que enfermedades leves se conviertan en graves. Si se ayuda a la gente a reconocer sus enfermedades comunes y a curarlas a tiempo se evitarán sufrimientos mayores. Si una madre tiene a su hijo enfermo, uno no le puede decir que la prevención es más importante que la curación. Esto no lo va a comprender. Pero si ve a ese hijo atendido y comprueba que se está curando, llegará el momento que escuche y entienda que la prevención es igual de importante.
Use pues el tratamiento como entrada a la prevención. Todas las oportunidades son buenas para hablar de la prevención. Una parte importante de la prevención es el uso de los medicamentos en forma razonable y limitada. No todas las afecciones necesitan medicinas. Generalmente el cuerpo mismo vence algunos signos con la ayuda del descanso y la buena alimentación.
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