Gastritis
Sin lugar a dudas la gastritis es una afección bastante molesta, la misma tiene lugar cuando el revestimiento del estómago se encuentra inflamado o en su defecto, hinchado; si padecemos de una gastritis aguda solo perdura por un corto plazo, pero cuando dicho plazo se traduce en años o meses, estamos enfrentando una gastritis crónica.
Podemos padecer de gastritis por diferentes motivos, dentro de las causas más conocidas tenemos el rechazo a ciertos medicamentos, por ejemplo. Cuando se consumen fármacos como el ibuprofeno o medicamentos con ácido acetilsalicílico por un período prolongado, el estómago comienza a rechazarlos. La ingesta de alcohol en abundancia o las infecciones en el estómago causadas por diferentes bacterias, son los orígenes más comunes para esta patología. Pero estas causas no son las únicas, existen otras menos comunes, pero que suelen darse en algunos pacientes, entre ellas podemos nombrar a los trastornos autoinmunitarios, el reflujo biliar, la ingesta de sustancias corrosivas como el veneno, frecuentes situaciones de estrés y las infecciones virales.
Cuando una persona presenta una enfermedad repentina y de gravedad, como insuficiencia renal, y necesita de la asistencia de un respirador, esto puede conllevar a un cuadro de gastritis. Muchas personas suelen confundir a la gastritis con un leve dolor de estomago, o creen que dicho dolor es pasajero y solo fue provocado por algún tipo de alimento que les cayó mal. Para saber si estamos sufriendo de gastritis debemos prestar mucha atención a los síntomas que pueden manifestarse, entre los más habituales tenemos la falta de apetito, los vómitos y náuseas y el dolor en el abdomen.
En el caso de que nos enfrentemos a un fuerte cuadro que cause sangrado del revestimiento del estómago, los síntomas también incluirán heces negras y vómitos con sangre. Para poder determinar el cuadro exacto del mal que estamos sufriendo se necesitará realizar diversos exámenes médicos como análisis, lo primero que nos pedirá el médico será un control sanguíneo para buscar síntomas de anemia. Luego se procederá a un examen del estomago mediante el uso de un endoscopio; finalmente, el profesional revisara la materia fecal del paciente para ver si existen rastros de sangre ya que esto le dirá al médico si estamos sufriendo una hemorragia digestiva.
Formas de tratarla
Los tratamientos para la gastritis dependen mucho del tipo de cuadro que se presente como de la causa específica de este mal, en ciertos casos, las causas desaparecen con el tiempo. El médico evaluará si se están ingiriendo medicamentos que puedan ocasionar esta afección, y nos ordenará dejarlos inmediatamente. El profesional nos indicará qué remedios consumir para disminuir la cantidad de ácido en el estómago, los mismos puede ser: antiácidos, omeprazol, esomeprazol, iansoprazol, famotidina, ranitidina y otros.
Los pronósticos de esta patología son por lo general muy buenos, por supuesto, siempre y cuando la enfermedad se trata a tiempo y no complique alguna otra parte del organismo. Dentro de las posibles complicaciones que pueden surgir, tenemos a la hemorragia y el aumento del riesgo al cáncer gástrico. Debemos llamar a un médico si sentimos dolor en el vientre, si nuestras heces son negras o si vomitamos con vestigios de sangre. En el caso de padecer gastritis erosiva, el tratamiento se enfocará en reforzar las paredes del estómago; existen tratamientos orales o intramusculares para garantizar una mejor y mayor eficacia.
Si sufrimos de gastritis atrófica notaremos la desaparición de los pliegues y podremos observar los vasos sanguíneos; pero para poder determinar el tipo de gastritis, se deberá recurrir a una endoscopia y biopsias. Sea cual sea el tipo de gastritis que estemos sufriendo, siempre será necesario consultar con un médico para que evalúe la situación, pueda determinar el cuadro y el tratamiento a seguir. Con esta enfermedad no podemos dormirnos, si no se trata debidamente, puede traer seria complicaciones de salud. Una vez que nos hemos curado, debemos seguir una estricta dieta, para no tener una recaida.
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