Hernia inguinal
Cuando un paciente presenta una hernia inguinal, se trata de una pequeña parte del intestino la cual protuye a través del canal inguinal, el cual se trata de una via de comunicación que hay entre el abdomen y el escroto.
Este tipo de hernia puede aparecer como una tumefacción en la ingle o incluso mas debajo de la misma y puede llegar a ser de un solo lado (monolateral) o bien, de amnos (bolateral). Por lo general, la tumefacción aparece y desaparece y una leve presión sobre la misma hace que ésta desaparezca debido a que empuja el intestino hacia el abdomen.
Es importante destacar desde el principio que como toda hernia, este tipo no se cura sino es mediante un procedimiento quirúrgico y vale resaltar que existen dos tipos de hernia inguinal: directa e indirecta. En el primero de los casos, en la hernia inguinal directa, el intestino delgado, atraviesa la musculatura abdominal, la cual se encuentra debilitada, y se esta manera protuye la zona del triangula de Hesselbach. Como mencionamos antes, éstas se presentan como una tumefacción ovalada y en este caso particular rara vez logran llegar ingresar al escroto.
Cabe destacar que la hernia inguinal directa, es muy común en hombres a partir de los 45 años y rara vez recorre el conducto inguinal y son del tipo menos frecuente teniendo en cuenta que representan un 0.5% de las hernias con una posibilidad de reducción luego de la cirugía de 1%. En el segundo caso, una hernia inguinal indirecta se caracteriza por aparecer cuando el contenido abdominal protuye a través del anillo inguinal, ya sea el interno o el profundo. Éstas bajan a través del canal inguinal de manera paralela al cordón espermático y pasado el tiempo pueden llegar a ingresar al escroto.
Factores incidentes
Un detalle que no es menor es que las hernias inguinales se dan más frecuentemente cuando existe un factor genético, especialmente debemos decir que la aparición de las mismas son muy frecuentes en los niños. En algunos casos una mujer puede llegar a desarrollar una hernia inguinal y generalmente cuando son completas se producen también hernias inguinales labiales.
El diagnostico de este tipo de hernia se fundamenta en la historia clínica del paciente y un examen físico exhaustivo de la ingle; es muy raro que se requieran exámenes adicionales para poder confirmar o tener más certeza en el diagnóstico. Una vez que la hernia inguinal es diagnosticada, el único riesgo que se corre antes de la cirugía es que se produzca el estrangulamiento de la hernia, es decir, que la parte del intestino que sobresale por el orificio de la hernia, quede aprisionado en la apertura; el riesgo de esto es que por la presión ejercida en los vasos sanguíneos, no permita que el flujo de sangre corra debidamente y el órgano que no la recibe puede morirse, necesitando una operación de urgencia para intentar salvarlo.
La hernia inguinal no presenta malestares o dolencias muy agudas, pero si la misma se estrangula los dolores abdominales son realmente insoportables, además de que vienen acompañados de vómitos. Tampoco hay mayores complicaciones postoperatorias en una hernia inguinal, ya que lo más común es que un 7% de los pacientes desarrollan un pequeño hematoma y solo el 5% está expuesto a sufrir de una infección y al mismo tiempo, hay muy pocos casos de adormecimiento en la zona de la ingle.
El problema más común que suele darse luego de una cirugía por hernia inguinal son los dolores crónicos, los cuales pueden ser persistentes, o aparecer incluso meses después de llevada a cabo la misma. No obstante, los mismos desaparecen con el tiempo.
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