Infección cerebral
El cerebro es uno de los órganos más resistentes a las infecciones pero en ciertos casos de predisposición en donde se puede producir un contagio ya sea por virus, bacterias, y hongos existe la posibilidad de contraer una infección cerebral que puede tener graves consecuencias. El cerebro está protegido por una membrana llamada meninge que lo recubre. Esta membrana puede ser afectada en caso de infección, y la misma, podría pasar al cerebro, provocando una meningitis o una encefalitis, afecciones que pueden dañar el sistema nervioso central.
La meningitis es una infección que se produce en las meninges y que puede ser causada por cualquier virus o bacteria, pero el más conocido y el que causa la meningitis es el meningococo, y otra bacteria causante de esta afección es el neumococo.
La encefalitis tiene síntomas parecidos a la meningitis, porque es también una inflamación que afecta a las meninges, y produce alteraciones neurológicas, en la conducta y en el habla, además de causar un debilitamiento de la conciencia. Cuando estas infecciones aparecen se debe internar al paciente para que tenga cuidados especiales, y así evitar que sufra algún accidente.
Otra de las infecciones que pueden atacar al cerebro son los abscesos cerebrales, que suceden cuando los hongos o las bacterias se alojan en alguna parte del cerebro, provocando una infección, y haciendo que esa zona se inflame y se irrite, debido a los gérmenes, allí acumulados. Como el cerebro no tiene la capacidad de expansión debido a que se encuentra dentro de la cavidad craneana, se hincha, y la concentración infecciosa que provoca el absceso, puede hacer presión sobre los tejidos y además puede ocluir los vasos sanguíneos.
Los virus, bacterias y hongos que pueden causar una infección en el cerebro, viajan a través del torrente sanguíneo, esto, lo puede producir, una infección en los pulmones o en el corazón. Enfermedades crónicas como el cáncer, el sida, o los mismos tratamientos que se emplean para estas enfermedades, como por ejemplo la quimioterapia, son factores de riesgo para contraer una infección cerebral.
Síntomas y tratamientos
Los síntomas pueden producir cambios en el estado de la conciencia, confusión, distracción, irritabilidad, disminución en los movimientos, dificultad en el habla, rigidez en el cuello, cambio en la visión, entre otros. Con estos síntomas la asistencia médica debe ser inmediata, para colocar al paciente bajo tratamiento intensivo, después de realizarle los exámenes de rigor, para detectar si el paciente tiene dificultad en el mecanismo del cerebro. Con una resonancia magnética de la cabeza, se puede apreciar a través de las imágenes, si existe alguna afección o trastorno en dicho órgano.
En este tratamiento se pueden prescribir antibióticos de amplio espectro, o algún medicamento antimicótico en el caso de que la infección sea causada por algún hongo. En casos más delicados, a veces, se debe recurrir a una cirugía, dependiendo de la localización del absceso. Si ha tenido alguna infección se le recomienda que se haga estudios para controlar, si la infección ha sido totalmente resuelta. Así se evitara, el riesgo de contraer alguna infección en el cerebro.
Las meninges podrían resultar inflamadas por algunos tipos de cáncer o por una Sarcoidosis, que es una enfermedad autoinmune que puede atacar en cualquier órgano, esto podría provocar una meningitis crónica, no bacteriana. Algunos medicamentos para el cáncer, o para los trasplantados, también podrían inflamar las meninges. Los anti inflamatorios no esteroides, que se usan para tratar el dolor y la inflamación también pueden causar inflamación en las meninges. La meningitis crónica y la meningitis bacteriana se presentan con síntomas muy parecidos, pero la meningitis crónica tiene un proceso más lento. Para diagnosticar una meningitis crónica se hacen los mismos exámenes que para diagnosticar una meningitis bacteriana. Si es necesario se hace una un análisis del líquido cefalorraquídeo, para constatar la existencia de micro organismos y a que especie pertenecen. Según los resultados se determinara, cuál sería el diagnostico.
El cerebro, también puede sufrir infecciones a través de parásitos. La Cisticercosis, que es una infección producida por un parasito llamado cisticercos que pertenece a una clase de Tenia que infecta los tejidos, es una de las infecciones parasitarias más frecuentes. Esto se produce cuando una persona consume un alimento que contiene las larvas de dicho parasito, cuando el aparato digestivo hace su trabajo, dichas larvas son conducidas hacia el torrente sanguíneo, y en el proceso circulatorio pueden infectar al cerebro, y provocar enfermedades neurológicas.
Otra de las infecciones parasitarias, conocidas, que pueden atacar el cerebro es la Esquistosomiasis, producida por un parasito llamado esquistosoma, esta infección se produce por la transmisión de las larvas del parasito, que se introducen por la piel, que entra en contacto con las aguas contaminadas. Esta infección podría causar convulsiones, y dificultades neurológicas importantes, debido a la formación de quistes de gran tamaño. La Cenurosis, infección parasitaria, originada por cenuros del tipo Tenia, produce quistes que presionan el líquido cefalorraquídeo, o puede provocar lesiones multivasculares. Estas infecciones podrían ser resueltas con medicamentos adecuados, pero en algunos casos se debe recurrir a intervenciones quirúrgicas.
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