Gingivitis contagiosa
La gingivitis es una afección del tejido de las encías que provoca la inflamación, la retracción y el sangrado de las mismas. La forma mas común de esta enfermedad se da como respuesta a un proceso originado por bacterias que se adhieren a la superficie dental en forma de biopelículas (también denominada "placa bacteriana"). Cuando la gingivitis no es tratada a tiempo, la misma puede evolucionar hacia una enfermedad periodontal destructiva con consecuencias irreversibles.
Si bien no toda gingivitis evoluciona hacia una periodontitis, los datos estadísticos confirman que todas las periodontitis son siempre precedidas por gingivitis. Por este motivo, la prevención de esta enfermedad y su correcto tratamiento a tiempo resultan de vital importancia.
Existen diferentes clasificaciones de esta enfermedad, pero a modo general se distingues dos categorías principales, dentro de las cuales se encuentran distintos subgrupos. Ambas categorías son consideradas sumamente contagiosas. Por un lado se encuentran las enfermedades gingivales inducidas por la placa, y por otro lado las lesiones gingivales no inducidas por placa.
Dentro del primer grupo se encuentran las gingivitis asociadas sólo con placa bacteriana, las enfermedades gingivales modificadas por factores sistémicos, las enfermedades gingivales modificadas por medicamentos, y las enfermedades gingivales modificadas por la desnutrición.
Dentro del segundo grupo, se encuentran las enfermedades gingivales de origen bacteriano específico, las enfermedades gingivales cuyo origen es viral, las enfermedades gingivales cuyo origen es fúngico, las enfermedades gingivales de origen genético, las manifestaciones gingivales de condiciones sistémicas, las lesiones traumáticas que generan la inflamación de las encías, las reacciones a algún cuerpo extraño, y las gingivitis de origen no específico.
Los síntomas de esta afección se manifiestan en los tejidos de las encías con signos típicos de inflamación, como encías rojas o moradas brillantes, aumentadas en tamaño y grosor, generalmente tienden a retraerse dejando a la vista la raíz del diente, las encías experimentan sensibilidad y dolor al tacto, hay sangrado después del cepillado así como también sangran de manera espontánea. En muchos casos la acumulación emite un desagradable olor, y las encías sangran fácilmente, especialmente ante la utilización de hilo dental. Las causas de la gingivitis pueden ser variadas.
Sus causas
Un alto porcentaje de esta enfermedad se ve inducida por la acumulación de placa bacteriana. La gingivitis se produce entonces como una respuesta defensiva del cuerpo ante la presencia de un huésped. Esto puede inducir a la destrucción de los tejidos gingivales, que, de no ser tratado, puede evolucionar hacia la destrucción del aparato de inserción periodontal.
La placa bacteriana se va acumulando en los pequeños espacios que se forman entre los dientes, en los surcos gingivales y en las áreas conocidas como "trampa de placas", que son lugares que sirven para acumular y mantener la placa. Aunque las acumulaciones puedan ser pequeñas, las bacterias allí concentradas pueden producir productos químicos, tales como enzimas degradativas y toxinas, tales como lipopolisacárido (LPS, también conocidos como endotoxinas ) o el ácido lipoteicoico (LTA), que son las responsables de promover las respuesta inflamatorias en el tejido de las encías. Esta inflamación puede causar un agrandamiento de la encía y la posterior formación de periodontitis.
Para comprobar la existencia de signos de periodontitis el dentista podrá utilizar rayos X o sondaje periodontal, entre otros médicos. Si el tratamiento que se le encomiende al paciente, que sea para tratar la inflamación de las encías, no presentara una respuesta favorable en la persona, y no comenzara a remitir la inflamación, el paciente debe derivarse a un periodoncista (que es un profesional especializado en el diagnostico y tratamiento de las encías y huesos implicados en la cavidad bucal y los implantes dentales) con el fin de otorgarle a la persona la posibilidad de un tratamiento adicional de ser necesario.
La prevención de esta enfermedad se basa principalmente en una correcta y contante higiene de la cavidad bucal. Esto debe realizarse a diario y varias veces al día, incluyendo la utilización de hilo dental y de cepillado de dientes. En muchos casos también se recomienda el uso de peróxido de hidrógeno , solución salina , alcohol o clorhexidina como enjuague bucal luego del cepillado. Algunos estudios recientes han puesto de relieve el efecto beneficioso que tiene para el tratamiento de la gingivitis la utilización de peróxido de hidrogeno. Otros estudios en el tema han demostrado que la utilización de cremas de limpieza dental que contengan triclosán ha sido eficaz en la prevención de la gingivitis. En algunos países los enjuagues bucales con clorhexidina sólo pueden adquirirse bajo prescripción médica.
Un factor relevante en la incidencia de esta afección ha sido la detección de la ingesta deficiente de calcio en las personas que han desarrollado gingivitis. Las personas que ingieren 500 miligramos o menos diarios de calcio, o la mitad de la ingesta de la ración dietética recomendada por día, tienen aproximadamente el doble de posibilidades de sufrir esta enfermedad en las encías, según lo medido de acuerdo a la perdida de inserción de al encía de los dientes. Es importante la prevención de enfermedades de las encías ya que de esto puede depender también la buena salud del corazón. Se sabe que una buena salud oral puede reducir el riesgo de afecciones cardíacos, y, por el contrario, una mala salud oral puede ser un promotor de infecciones que pueden viajar en el torrente sanguíneo llegando al corazón.
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