Gingivitis
Algunas afecciones son mucho más superficiales que otras, una de estas patologías es la gingivitis, a la misma se la describe como una infección que destruye los tejidos que hacen de soporte de los dientes.
Con esto también debemos incluir a las encías, los ligamentos periodontales y al hueso alveolar; cuando se contrae gingivitis se debe a los depósitos de placa bacteriana en los dientes por un largo período de tiempo.Pero esta placa no solo se compone por bacterias, sino también por mocos, residuos de alimentos y demás contaminantes; es justamente esta placa la que causa las tan famosas caries dentales.
Si la placa bacteriana no se remueve, con el tiempo se convierte en sarro, que queda establecido en las bases de los dientes; tanto el sarro como la placa inflaman las encías debido a que provocan irritación en las mismas. Las bacterias y las toxinas acumuladas llevan a las encías a infectarse y éstas se tornan mucho más sensibles.
En esta patología tenemos factores de riesgo, entre los más comunes debemos destacar la mala higiene, el embarazo (los cambios hormonales vuelven a las encías más sensibles), la diabetes mal controlada, los dientes que no están alineados correctamente y el consumo de algunos medicamentos como las pastillas anticonceptivas y el bismuto. Son muchos los individuos que sufren algún grado de gingivitis, la misma se hace presente en la mayor parte de los casos durante la pubertad, esto se debe a los cambios hormonales; su persistencia o reaparición dependerá mucho de la higiene bucal que llevemos, por ello siempre se deben higienizar la boca entre 2 y 3 veces al día.
¿Cómo nos damos cuenta que padecemos de gingivitis?
Darse cuenta de que tenemos gingivitis no es algo muy complejo, lo más probable es que notemos sangre en las encías y en el cepillo de dientes, una vez que nos los cepillamos, incluso aunque esta acción sea leve. Si notamos que nuestras encías se vuelven de un color rojo brillante o púrpura, entonces estamos padeciendo gingivitis; las úlceras bucales, las encías inflamadas y síntomas similares nos dicen que estamos siendo afectados por esta patología.
Para poder librarnos de la gingivitis, debemos recurrir al odontólogo quien nos examinará la boca y nuestra dentadura, observará el estado de las encías, si las mismas están blandas o de color púrpura. Cuando estamos padeciendo gingivitis se puede notar a simple vista los depósitos de sarro en la base de los dientes, el odontólogo se ayudará de un explorador para poder ver en detalle el estado de toda nuestra boca y así determinar si efectivamente lo que tenemos es gingivitis o periodontitis. En casos complejos, se puede ordenar la toma de radiografías de los dientes para poder evaluar si la inflamación se ha diseminado por otros lugares.
Cuando se lleva a cabo un tratamiento para la gingivitis, algunos individuos se sienten un poco molestos cuando se les retira la placa bacteriana de los dientes pero son solo pequeñas molestias. El sangrado y la sensibilidad tendrían que disminuir al cabo de dos semanas, una vez que se ha realizado una limpieza profesional; a veces se emplean enjuagues antibacterianos o de agua tibia con sal para poder disminuir la hinchazón de las encías. Si la inflamación es mucha, entonces se recurre a los antinflamatorios de venta libre, los cuales son de gran ayuda. Si las encías están sanas son de color rosa y de aspecto firme, de lo contrario, estamos teniendo alguna afección en la boca. Si esta patología no se trata debidamente pueden surgir complicaciones como lo es la reaparición de la misma, la periodontitis, la infección de las encías o de los huesos maxilares o, en casos extremos, una gingivitis de tipo ulceronecrosante.
Prevenir la gingivitis
Como toda enfermedad la gingivitis puede prevenirse y esto se hace básicamente mediante la higiene bucal; debemos cepillarnos los dientes por lo menos dos veces al día y complementar la pasta de dientes con algún enjuague bucal de tipo antisarro. Lo más recomendado es que la higiene dental se lleva a cabo después de cada comida y antes de acostarse, por la noche; puede que también no nos estemos cepillando correctamente, y si es necesario, debemos pedirle a nuestro odontólogo que nos instruya al respecto.
Si somos propensos a la acumulación de sarro, podemos ayudarnos con algunos complementos especiales como mondadientes, cepillos dentales especiales, etc. Existen cremas dentales antiplaca que también son muy convenientes en estos casos. Si vemos que todo esto no funciona, entonces no nos quedará más remedio que recurrir a la limpieza bucal profesional cada seis meses, mínimamente. Cualquiera sea el tratamiento que se siga, el objetivo será siempre el mismo: reducir la inflamación en las encías y zonas aledañas. La higiene dental no es un detalle menor, y si no la practicamos con disciplina puede traernos muchos dolores de cabeza.
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