Asma
Una patología o afección muy común en los últimos años es el asma, afecta casi indiscriminadamente; grandes, chicos, ancianos y no siempre puede revertirse. El asma es básicamente una patología que hace que las vías respiratorias se hinchen y estrechen al mismo tiempo, esto da lugar a las ya famosas sibilancias, la dificultad para respirar, la tos y una opresión en el pecho.
Existen diferentes tipos de asma, y para ellos diversas clases de tratamientos, existen personas que sufren ataques de asma, mientras que otras, en una situación de estrés, puede que solo sientan alguna opresión en el pecho. Cuando se sufre un ataque de asma se tensionan automáticamente los músculos que circundan a las vías respiratorias, y el revestimiento de las mismas se inflama; como conclusión, lo que ocurre es una disminución del caudal de aire que puede pasar hacia los pulmones.
Algunas personas son más sensibles que otras cuando de asma se trata, en algunos casos esta afección puede desencadenarse por inhalar sustancias tóxicas o que causan algún tipo de alergia. Dentro de los desencadenantes más comunes podemos nombrar al polvo, el pelaje de algunos animales, los cambios de clima, agentes químicos que están en el aire, moho, pole, humo de tabaco e incluso las emociones fuertes que ocasionan el estrés. También es necesario hacer hincapié en que muchas de las personas que sufren el asma tienen antecedentes personales o familiares en cuanto a las alergias.
Síntomas
Una de las preguntas típicas o más frecuentes es ¿Cómo saber si tenemos asma?, para poder determinar esto, debemos estar atentos a los posibles síntomas que se pueden presentar. La mayoría de los individuos que padecen asma presentan ataques separados de asma; mientras que otros solo tienen dificultad prolongada para respirar. Un ataque de asma puede durar desde minutos hasta días, y se vuelven muy peligrosos si el flujo de aire que debe pasar a los pulmones está restringido de gran forma.
Dentro de los síntomas más comunes del asma podemos encontrar: tos (con o sin flema), tiraje intercostal, dificultad aguda para respirar (la cual empeora si se realiza algún ejercicio) y sibilancias. Estas últimas se hacen presentes en episodios intermedios, puede empeorar a la noche o a la mañana, en algunas ocasiones desaparecen espontáneamente o mejoran cuando se emplea algún medicamento para dilatar las vías respiratorias.
Síntomas de emergencia
Los síntomas previamente mencionados, son los más tradicionales, pero dentro de la medicina, existe lo que se denomina "síntomas de emergencia" que son los que nos alertan de un peligro mucho mayor en donde la vida del individuo puede correr peligro. Esto síntomas son: color azul en las zonas de los labios y la cara, disminución de lucidez mental (confusión, somnolencia, etc), dificultad respiratoria extrema, sudoración y ansiedad intensificada.
Aunque los síntomas son muy específicos, se puede sufrir de asma y no saberlo, a veces tenemos algunos signos de "enfermedad respiratoria" y solo creemos que es una afección pasajera. Existen otros síntomas que pueden estar asociados al asma y por ello, cuando los padecemos, no debemos dejarnos estar, sino que es necesario consultar con un médico. Estos síntomas son: patrón de respiración poco común en donde exhalar cuesta mucho más que inhalar, paro respiratorio transitorio, una fuerte opresión en el pecho y dolor de la caja torácica. Si sufrimos algunos de estos signos, debemos inmediatamente hacernos ver para diagnosticar la enfermedad lo más rápido posible y comenzar así con un tratamiento preventivo.
Exámenes y tratamiento
Para diagnosticar asma, se necesita primero realizar las pruebas pertinentes, para ello el médico, seguramente, realizará los tests de alergias correspondientes que ayudarán a identificar los alérgenos que causan el asma. Las pruebas con estetoscopio para escuchar la actividad pulmonar, también es obligada, es así como se pueden detectar las sibilancias y demás sonidos relacionados con esta patología. Dentro de los exámenes médicos más comunes tenemos: gasometría arterial, exámenes de sangre, pruebas para analizar la función de los pulmones, radiografías de tórax y mediciones de flujo. Una vez que el médico tenga los resultados, entonces pasará a darnos el tratamiento a seguir; el objetivo del tratamiento para el asma es poder controlar la inflamación que se produce en las vías respiratorias y evitar que entremos en contacto con las sustancias que ocasionan este mal.
Existen dos medicamentos básicos para el asma, el que previene los ataques y el que alivia rápidamente y se utiliza solo cuando se sufre un ataque de asma, al cual se lo denomina "de rescate". Dentro de los medicamentos de control tenemos a los inhibidores de leucotrienos, el más utilizado debido a sus favorables resultados. Los inhaladores ayudan mucho al paciente a prevenir los síntomas del asma, pero siempre debe ser recetado por el médico. Conociendo los síntomas y qué los provoca podemos cuidarnos mucho mejor, tanto en casa como en el exterior; si persisten dudas o el tratamiento no da resultados, se debe volver con el médico para una mejor asistencia.
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