Crioterapia para la celulitis

Quizás a usted pueda parecerle una palabra ajena al vocabulario más cotidiano, pero la crioterapia se ha venido utilizando desde hace muchos, y es una de las técnicas más eficaces para gran variedad de tratamientos. Básicamente lo que usted no debe dejar de saber, es que la crioterapia utiliza la acción del frío en las células y en la conducción nerviosa para aliviar los síntomas diversos, particularmente los que traen aparejados la celulitis en la mujer, como así también después de un traumatismo o lesiones varias relacionadas con la piel, siendo además uno de los métodos más económicos para enfrentar estos inconvenientes, en especial lo de la celulitis femenina. 

¿Cómo actúa la crioterapia para la celulitis? Para tener todo el conocimiento necesario, nosotros le brindaremos en detalle las características principales de la crioterapia. Principalmente, el frío modifica la transmisión de los impulsos nerviosos. Esto Permite bloquear ciertas sensaciones de dolor y contracturas y los reflejos disminuyen. Es decir, se actúa sobre la inflamación o afección determinada por la contracción de los vasos sanguíneos.

Los efectos de sesiones de duración de alta intensidad de frío pero cortos en tiempo (ya que sino la piel sufre una suerte de quemaduras)  en el cuerpo son numerosos y positivos, y la disminución en el tiempo de recuperación después de las sesiones es notable. El impacto del frío temporal en la mitigación de la sensación de dolor es automático. Llamado el tratamiento del frío, por este medio se reconoce que se pueden curar no sólo la celulitis sino también ciertas enfermedades y el dolor en sus diversas formas.

Este método tiene aplicaciones comunes tales como el tratamiento de las verrugas con nitrógeno líquido a muy bajas temperaturas. El frío también es conocido por su efecto anestésico en caso de esguinces, dolores musculares y tendinitis. Menos conocido es que el utilizado actualmente en el tratamiento de enfermedades articulares inflamatorias como el reumatismo, así como en el tratamiento de ciertos cánceres de piel. Si es capaz de curar dichas enfermedades, más aún podrá solucionar el problema de la celulitis que a comparación resulta un mal absolutamente menor.

Hagalo usted mismo

También puede probar hacerlo usted mismo, dándose las sesiones de crioterapia con sus propias manos, ya que no implica una gran complejidad. Lo puede hacer envolviendo un producto o elemento congelado, quemando así la grasa.

Quedará más que satisfecho luego de diez sesiones. Debe soportar el frío, por lo cual esta técnica resulte más aplicable que en el verano. Esto estimula la circulación de la sangre en las piernas. Luego si, tal vez deba continuar con algunas sesiones de mantenimiento cada año a finales del invierno. Es una técnica que tiene esa ventaja, que puede hacerla usted misma, siendo más eficaz si se realiza justo antes de hacer un esfuerzo. Y luego si, por supuesto, también será de enorme utilidad a los efectos, la práctica de gimnasia, natación o simplemente caminar.

Cuanto más realice esta práctica de frío y ejercicios, más rápido notará los cambios y la erradicación de la celulitis. Si bien habrá escuchado de numerosos métodos para eliminar la celulitis, como las cremas, mesoterapia, dietas e incluso liposucción, nada es más sano, económico y eficaz, que el tratamiento a través de la crioterapia. 

¿Cuáles son las diferentes técnicas? Una técnica que ayuda a aliviar el dolor que a veces genera la celulitis aguda, es la cámara de crioterapia. Este método practicado por algunos médicos y fisioterapeutas se basa en un tiempo muy corto de frío a muy baja temperatura en la zona dolorida. Se actúa directamente sobre la piel, enfriando el dióxido de carbono a menos 78 grados, generando este impacto térmico el alivio del dolor. Las sesiones pueden repetirse a voluntad según la gravedad del caso. La crioterapia de cuerpo entero es otro método usado para aliviar a los pacientes con una situación de celulitis grave. Se basa en el mismo principio que el procedimiento local, pero se practica en el interior de una sala fría a una temperatura de menos grados aún.